En 1963 el diseñador gráfico, fotógrafo y educador Ken Garland elaboró el manifiesto First things First (FTF) firmado por otros 21 comunicadores visuales, que reaccionaba contra la cultura dominante en la década de los sesenta en el Reino Unido. Garland defendía la dimensión humanista en el diseño gráfico, criticando que la experiencia y el esfuerzo de las personas que trabajaban en el sector se malgastara para servir a propósitos, a menudo, demasiado efímeros, consumistas y triviales sin contribuir verdaderamente al desarrollo de la sociedad del momento.

En el manifiesto se abogaba por invertir el talento de los diseñadores en cosas que realmente merecieran la pena y mejorasen la vida de las personas, como la señalética, los libros y publicaciones periódicas, el material escolar, etc.

No defendía del todo la abolición de la publicidad pero sí que proponía un cambio en las prioridades en favor de formas de comunicación más útiles y duraderas. El manifiesto fue defendido por Tony Benn, director de los servicios postales del gobierno laborista y publicado en el diario The Guardian. 

La propuesta de Garlan fue un reto loable pero difícil de adoptar por la mayoría de profesionales de la comunicación visual. El objetivo del diseño como industria debería ser el mantenimiento del equilibrio entre la responsabilidad social sin poner en peligro las carreras de los creativos que trabajan en el sector. Algo realmente complicado de llevar a cabo –según sus críticos– pero no del todo imposible.

En 1998 la revista Adbusters reeditó el manifiesto y tres años más tarde fue actualizado por el redactor jefe de la revista Colors, Timor Kalman, el cual añadió el componente medioambiental que 35 años antes no había sido tenido en cuenta por cuestiones obvias.

Kalman pensaba que una vez que el diseño gráfico se había convertido en un vehículo tan potente para la comunicación de masas debía servir para concienciar a la gente sobre temas políticos y sociales. No en vano, fue uno de los primeros diseñadores en presionar a sus compañeros para que no aceptaran trabajos de empresas que no respetaran el medio ambiente.

En 2014 hubo un tímido intento de actualización del manifiesto para incorporar otros temas como la seguridad, privacidad y libertad de expresión en internet que no se ha visto secundado por la comunidad de diseñadores.